Un desfile de enmascarados




Enmascarados, como viven desde hace año y medio buena parte de los habitantes del planeta, desfilaron este viernes por el Estadio Nacional de Tokio, prácticamente vacío, los deportistas que participarán desde mañana en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Pese a los rostros medio ocultos y a la ausencia de público, los protagonistas de la primera fiesta deportiva mundial se esmeraron por mostrar su emoción ante las cámaras que llevaban sus imágenes a familiares y seguidores.

Las delegaciones fueron menos numerosas que en ediciones anteriores debido a la imposibilidad de llegar a la Villa con más de cinco días de adelanto sobre la competición. Al término del desfile aún quedaban muchos huecos en el centro del estadio

Algunos deportistas optaron por bajarse unos instantes la mascarilla y enseñar la sonrisa (Tayikistán, Kirguizistán, Irán...) y otros por saltar y cantar, como hizo el equipo portugués o el argentino al corear el ‘soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar’.

La mayoría de los equipos llevaron cubrebocas con los colores de su bandera nacional o a juego con su ropa de ceremonia. Aunque algunos deportistas vistieron trajes tradicionales de sus países, sobre todo los de África y el Pacífico, la mayoría optaron por atuendos deportivos o conjuntos desenfadados.

Como es preceptivo, abrió el desfile Grecia y lo cerró el país anfitrión, Japón. Tras el equipo heleno apareció el de los Refugiados Olímpicos, amparado por la bandera de los cinco aros.

Luego, siguiendo el orden del alfabeto japonés, que empieza por la ‘a’ y acaba por la ‘n’, desfilaron los demás equipos, desde Islandia hasta Francia.

Rusia, que tiene prohibido emplear sus símbolos en los Juegos debido a una sanción por connivencia con el dopaje, desfiló tras la bandera del Comité Olímpico Ruso. Sus deportistas agitaron banderitas monocolores blancas, azules y rojas.

Por primera vez el COI autorizó, es más, alentó a que cada delegación estuviera encabezada por una pareja de abanderados, hombre y mujer. Gracias a ello, los equipos con abanderadas pasaron de un 38 % en Río a una amplia mayoría en Tokio.

Entre los deportistas más reconocidos que llevaron la bandera de su país, las atletas Shelly-Ann Fraser Pryce, de Jamaica, esta vez con el pelo rosa y rojo, y Caterine Ibargüen, de Colombia, el luchador cubano Mijaín López y la baloncestista estadounidense Sue Bird.

No faltaron guiños a los que se quedaron en casa, como el gesto de acunar a un bebé que hizo el tenismesista puertorriqueño Brian Afanador, que fue padre en diciembre.

Los japoneses, ellos sí con un equipo muy numeroso, mostraron una tremenda alegría al salir al estadio, mientras les aplaudía el emperador Naruhito desde el palco. La luchadora Yui Susaki y el baloncestista Rui Hachimura abrieron marcaron el paso portando la bandera, mientras sus compañeros buscaban las cámaras para saludar.

Al término del desfile se proyecto sobre el suelo el nuevo lema olímpico, ‘Más rápido, más alto, más fuerte... juntos”.


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