Shenzhen Atall Intelligent Robot Technology es una de las compañías líderes en el sector de la alta tecnología aplicada en la robótica de China, y uno de sus mayores éxitos de ventas es un robot sexual llamado Emma.
Conectado a internet y al sistema operativo Android, Emma tiene una piel suave y elástica, elaborada con un elastomero termoplástico, y según los fabricantes tiene "altas capacidades de estimulación".
El robot es cuidadosamente fabricado para parecerse lo más posible a un ser de carne y hueso: su material evita el olor a plástico, e incluso se intenta que su temperatura se acerque a los 37 grados habituales en un humano.
El androide se vende a un precio de 20.000 yuanes (unos 3.100 dólares) y según responsables de la compañía fabricante los principales clientes son hombres de entre 40 y 50 años.
La compañía, con sede en Shenzhen (la capital tecnológica de China, vecina a Hong Kong) también crea robots para usos educativos, publicitarios o incluso de cuidado de los más mayores, y coopera con el Gobierno de China en algunos de estos campos.
Trabajadores de la fábrica consultados contaron que tienen clientes de todo el mundo, y que los gustos varían según la zona geográfica: mientras en Francia, por ejemplo, prefieren que Emmatenga el pelo largo y rubio y sea morena de piel, en España optan por el pelo moreno y los labios grandes.
La firma fabrica asimismo robots masculinos para uso sexual, y aunque sus responsables admiten que la demanda es nueve veces menor, destacan que está habiendo importantes aumentos de ésta en mercados como Corea o Tailandia.
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