Activista mexicana denuncia la contaminación de energía eólica en su tierra



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La activista mexicana Bettina Cruz considera que la energía eólica "no es una energía buena" porque nace de procesos que en última instancia "también contaminan", además de que "fomentan las relaciones de explotación" entre las empresas y los pueblos indígenas.

Cruz es una indígena del pueblo binni'za (zapoteco) que lleva tres décadas luchando como defensora de la tierra y el territorio y para quien las grandes empresas energéticas internacionales están "despojando" a los pueblos indígenas de sus tierras, cambiando su modo de vida y "atentando contra sus derechos".

En una entrevista con Baja Press, Cruz explica que los aerogeneradores contaminan con los aceites que utilizan para sus turbinas, que destruyen tanto la flora como la fauna endémica.

La activista agregó que así ha ocurrido con parques construidos en el Itsmo de Tehuantepec, al sur del estado mexicano de Oaxaca, donde murieron más de 3.000 aves y 6.000 murciélagos en la zona, según un estudio del 2011 del Banco Mundial.


El modelo que se utiliza para explotar la energía eólica en el territorio del Itsmo de Tehuantepec resulta beneficioso únicamente para las propias multinacionales y no existe una consulta previa, libre e informada, como establece el Convenio 169 de la OIT, sobre pueblos indígenas y tribales, sostiene la activista.

Cuando en 2015 la empresa Eólica del Sur informó a la población de su proyecto, "no era una consulta porque no éramos nosotros los que decidíamos, tampoco era libre porque en las reuniones llegaba gente armada, no era informada porque los empresarios contaban lo que les convenía, ni mucho menos previa porque los proyectos ya estaban cerrados", añade.

Cruz agregó que tampoco han cumplido las promesas de empleo y desarrollo porque la mayor parte de la inversión se utiliza en la compra de tecnología europea para los aerogeneradores.

Asimismo, la llegada de trabajadores extranjeros al territorio, detalló, ha significado una subida de la renta y de los alimentos, empobreciendo todavía más a la población local.

Cruz explica que los activistas han acudido a diferentes instituciones internacionales, como la ONU o la Comisión Interamericana por los Derechos Humanos, pero aunque estos han instado al gobierno mexicano a tomar medidas, este hace caso omiso y criminaliza a los propios indígenas con tal de "garantizar que la inversión se quede".

Añade que la población que lucha por sus derechos es "amenazada, extorsionada y difamada continuamente", las empresas han creado "campañas de odio" hacia los indígenas, alegando que estos están en contra del desarrollo.

Otro hecho que molesta a la población del Itsmo, según Cruz, es que las multinacionales están exentas de pagar impuestos, "mientras que cualquier comerciante de la calle debe pagar, por poco que gane" y mientras los indígenas tienen que luchar contra los altos precios de la energía o la falta total de esta.

Aunque han conseguido parar la construcción de dos parque eólicos, ya hay construidos 25 y, como cuenta Cruz, viene una segunda fase.

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