Putin prepara un gran plan de reactivación económica ante la COVID




El presidente de Rusia, Vladímir Putin, prepara un gran plan de acción nacional con el que pretende recuperar el crecimiento, los ingresos y el empleo, ante la perspectiva de una contracción de al menos el 5 % del PIB por el coronavirus este año y un paro de más de 2 millones de personas.

El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, hizo llegar este lunes al mandatario el borrador del plan, que, según el diario "Védemosti", contendrá medidas por valor de 8 billones de rublos (más de 103.500 millones de euros) para 2020-2021.

Si bien el plan iba a presentarse hoy, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, explicó que será finalmente el martes cuando Putin lo aborde con Mishustin.

Tiene por tanto aún veinticuatro horas para pensar cómo vender a una población que sufre las graves consecuencias de las restricciones impuestas por el coronavirus un plan que ya ha recibido de antemano críticas de algunos expertos, por considerarlo insuficiente.

UN PLAN CON MEDIO MILLAR DE MEDIDAS

El jefe del Gobierno reveló este lunes que el plan incluirá nueve apartados y 500 medidas en diversas áreas de actuación, y "debe estar ejecutado antes de finales del próximo año".

De acuerdo con Mishustin, el eje de la recuperación económica será lograr un camino estable de crecimiento y el aumento de los ingresos reales de los ciudadanos "a través de tecnologías modernas, la digitalización y nuevas oportunidades en el mercado laboral, la educación y la construcción rápida de viviendas de alta calidad".

Rusia ha estado en una situación de hibernación durante las seis semanas de vacaciones obligatorias retribuidas -por el empleador- que Putin decretó a finales de marzo y, aunque poco a poco la mayoría de las regiones va levantando las restricciones, la economía ya se ha resentido, tras un primer trimestre en positivo (1,6 %).

El país entrará en recesión en el tercer trimestre, cuando se prevé que el PIB retroceda un 6,3 %, después de una caída del 9,5 % en el segundo, según el ministro ruso de Desarrollo Económico, Maxim Reshetnikov.

En el mejor de los casos, cree el Ejecutivo, la economía de Rusia cerrará el ejercicio de 2020 con una contracción del 5 %.

LA MAYOR CAÍDA DEL PIB DESDE 2009

Esto supondría la mayor caída desde la crisis financiera de 2009, cuando la economía rusa retrocedió un 7,8 %.

Inevitablemente, los trabajadores y los negocios que tuvieron que cerrar sus puertas por las vacaciones obligatorias decretadas por Putin contra el coronavirus y las cuarentenas aún en vigor en varias regiones han empezado ya a notar la crudeza de las restricciones.

Conforme al defensor de los empresarios, Borís Titov, hasta el 67 % de los autónomos y las empresas pequeñas, medianas y grandes se ha visto afectado por la pandemia.

Y desempleo ya afecta a más de 2 millones de personas, dijo este lunes el ministro ruso de Empleo y Protección Social Antón Kotiakov.

El Gobierno cree que el paro subirá este año del 4,6 % al 5,7 %, la tasa más alta desde 2011.

El aluvión de malas noticias no para aquí: los ingresos reales disponibles de los rusos caerán un 3,8 % este año.

Para hacer frente a la COVID-19, Putin ha decretado por ahora medidas de apoyo a los ciudadanos y a las empresas por valor de 3,3 billones de rublos (unos 42.700 millones de euros), pero las ayudas son consideradas insuficientes para un país con 146 millones de habitantes.

Putin no ha querido tocar de momento el Fondo Nacional de Bienestar, una hucha de 12,4 billones de rublos (unos 160.500 millones de euros) de la que puede echar mano en caso de necesidad.

Entre otras medidas, el presidente impulsó pequeñas ayudas para familias con niños pequeños, un aplazamiento del pago de los préstamos al consumidor e hipotecarios y una suspensión del abono de los impuestos -menos del IVA- para las pymes y microempresas.

También decidió ayudar a las empresas a pagar los salarios a los trabajadores mientras permanecen cerradas: con un salario mínimo por empleado y mes (170 dólares, unos 153 euros), pero a cambio tienen que mantener al menos el 90 % de la plantilla, para muchas una exigencia titánica.

Lo que temen los expertos es que el plan de recuperación de 8 billones de rublos de Putin incluya las medidas que ya se conocen, pero pocas innovaciones más para apuntalar realmente la economía.

Ni para corregir las deficiencias de un país altamente dependiente de la exportación y de los precios del crudo para financiar su presupuesto.

UN PLAN ENFOCADO A CAMBIOS ESTRUCTURALES

Mishustin aseguró este lunes que el gran programa del Gobierno para relanzar la economía rusa, que volvería a crecer un 2,8 % en 2021, "no solo permitirá revertir la situación que vivimos debido a la propagación del coronavirus, sino también llevar a cabo cambios estructurales de largo plazo en la economía para reforzarla más".

Ruslán Jazbulátov, jefe de la cátedra de Economía Mundial de la Universidad Plejánov de Moscú y expresidente del Soviet Supremo (Parlamento) de Rusia entre 1991 y 1993, opina no obstante que el programa para relanzar la economía "no es suficiente".

"Lamentablemente en nuestro país renunciamos a la planificación. Nosotros no tenemos grandes actores como China, Estados Unidos, Europa occidental o Japón que controlan una enorme parte del empresariado y que desarrollaron la economía. Ellos tienen una economía diversificada, equilibrada y nosotros no", dice a Baja Press.

"Todos nosotros vivimos de las importaciones. Putin viene repitiendo desde hace años: 'autoabastecimiento', 'autoabastecimiento'. Pero son solo palabras. No se ha hecho nada. No producimos nada, todo lo compramos", subrayó.

También critica Jazbulátov que Putin no recurra al Fondo Nacional de Bienestar. "Desde luego que hay que darle dinero a la población. Cuando Putin creó ese fondo dijo que ese dinero se usaría cuando vinieran malos tiempos. Los malos tiempos ya llegaron, peor no podría ser", afirma.


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