Trump mantiene la tensión nuclear con Corea del Norte y Tillerson la modera



secretario de Estado, Rex Tillerson US Department of State|EFE|Fotografía cedida por el Departamento de estado de EE.UU. (DoS) del secretario de Estado, Rex Tillerson, quien habla durante una conferencia de prensa en el Departamento de Estado en Washington (EE.UU.).

El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el jefe del Pentágono añadieron hoy nuevas advertencias a su amenazas de "fuego y furia" contra Corea del Norte, mientras que el secretario de Estado, Rex Tillerson, rebajó el riesgo de una escalada nuclear.

La tensión, motivada después de que medios estadounidenses revelaran que los servicios de inteligencia de EE.UU. consideran que el régimen de Pyongyang ha conseguido una ojiva nuclear que puede montar en un misil intercontinental, se mantiene con nuevos cruces entre Washington y Pyongyang.

En la red social de Twitter, Trump afirmó hoy: "Mi primera orden como presidente fue renovar y modernizar nuestro arsenal nuclear. Ahora es más poderoso y fuerte que nunca antes".

"Esperemos que nunca tengamos que usar este poder (nuclear), pero nunca ha habido un momento en que no hayamos sido la nación más poderosa del mundo", añadió Trump a primera hora de la mañana.

Esas declaraciones de Trump se suman a su advertencia de ayer que el régimen de Kim Jong-un se enfrentará a "fuego y furia" si continúa sus "amenazas", realizadas en lo que va de año en forma de 14 ensayos de misiles, dos de ellos candidatos serios a ser misiles intercontinentales que pueden impactar en territorio estadounidense.

Envalentonada por sus recientes éxitos en tecnología militar y con un Trump que usa una dialéctica mucho más dura que sus predecesores, Pyongyang amenazó hoy con atacar con misiles de medio alcance la isla de Guam, hogar de una estratégica base naval estadounidense en el Pacífico occidental, con misiles.

El jefe del Pentágono, James Mattis, aseveró en un comunicado que si Pyongyang ejecuta amenazas de este tipo o toma "consideraciones" equivocadas se arriesga "a su fin, al de su régimen y a la destrucción de su pueblo".

En el duro mensaje, Mattis reafirma el compromiso de Washington y sus aliados de defenderse, subraya el énfasis que ha dado Trump a la disuasión nuclear y recuerda que Corea del Norte está "extremadamente superada" militarmente por EE.UU. y perdería "toda carrera armamentística o conflicto que inicie".

Este cruce de amenazas entre la gran potencia nuclear, junto con Rusia, y un depauperado país que, según el espionaje estadounidense, podría tener hasta 60 cabezas nucleares, ha elevado la preocupación a nivel mundial.

No obstante, el secretario de Estado se dedicó hoy a moderar el discurso oficial al asegurar que "los estadounidenses puede dormir tranquilos", ya que nada de lo que ha pasado en las últimas 24 horas indica un "cambio dramático" en la postura militar norcoreana.

Tillerson habló de camino a una parada no prevista en Guam, a donde se dirigió después de una visita de trabajo a Tailandia y Filipinas, donde urgió a los socios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a un compromiso para presionar a Corea del Norte.

Según el secretario de Estado, Trump estaba intentando enviar un "fuerte mensaje" a Kim Jong-un con sus declaraciones de ayer desde su retiro vacacional en su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey).

"Lo que el presidente está haciendo es enviar un fuerte mensaje a Corea del Norte en un lenguaje que Kim Jong-un pueda entender, porque no parece entender el lenguaje diplomático", explicó el jefe de la diplomacia estadounidense.

Tillerson aseveró que la única salida para Corea del Norte es un "diálogo con las expectativas adecuadas".

Según opinó el columnista David Ignatius en el diario The Washington Post, las fuertes palabras de Trump están más dirigidas a China que a Corea del Norte, con el objetivo de que el principal aliado de Kim Jong-un ejerza presión para contener el desarrollo nuclear norcoreano.

Mientras tanto, fuentes de la Casa Blanca indicaron al diario The New York Times que las amenazas de "fuego y furia", de una contundencia que no se escuchaba desde que el presidente Harry Truman (1945-1953) amenazó a Japón tras el lanzamiento de la primera bomba nuclear en Hiroshima en 1945, fueron totalmente improvisadas.










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