Entre tiendas de diseñadores y joyerías, la marihuana cuenta desde esta semana con su hueco en la Quinta Avenida de Nueva York, un escaparate privilegiado que la industria quiere usar para impulsar el debate sobre la legalización.
La empresa californiana MedMen inauguró este viernes un dispensario en esta popular arteria comercial, coincidiendo con las celebraciones del Día de la Marihuana en todo el país.
La compañía, que asegura ser la primera del sector en alcanzar una valoración de más de 1.000 millones de dólares, desembarca en Manhattan con la intención de lanzar un mensaje.
"Lo que estamos intentando decir es que este es lugar para esta tienda. Que la marihuana pertenece a la cultura convencional", explica a Baja Press el responsable de comunicación de MedMen, Daniel Yi.
Según Yi, tener una tienda de cannabis en plena Quinta Avenida supone un importante paso adelante, no solo para la empresa, sino en la "conversación sobre la legalización de la marihuana".
Desde un punto de vista puramente comercial, de hecho, parece poco probable que este establecimiento, situado en una de las zonas más caras de Nueva York, pueda generar beneficios a corto plazo.
A diferencia de otros estados de EE.UU., donde el uso recreativo de cannabis es legal, Nueva York permite únicamente su utilización con fines medicinales y bajo importantes restricciones.
Por ello, MadMen solo vende aquí a pacientes con receta y registrados en un programa estatal y ofrece una cantidad muy limitada de productos como cápsulas y vaporizadores.
El dispensario es uno de los tres autorizados a abrir en la isla de Manhattan bajo las actuales normas, aunque la compañía ya dispone de otros tres establecimientos en distintas localidades del estado de Nueva York.
El cannabis en forma de planta, que sigue prohibido en Nueva York, no está a la venta en este espacio, que recuerda en su diseño a una tienda de tecnología y que ha llevado a los medios locales a bautizarla rápidamente como la "Apple Store de la hierba".
La tienda refleja la rapidísima transformación que la industria del cannabis está viviendo en Estados Unidos, donde el uso recreativo de marihuana es legal en nueve estados y el Distrito de Columbia, donde se encuentra Washington, a pesar de que la sustancia sigue penalizada a escala federal.
El gran empujón para el sector llegó el pasado 1 de enero, cuando entró en vigor la legalización en California, el estado más poblado del país.
Según algunas estimaciones, legalizar la marihuana en Nueva York puede generar un negocio de unos 3.000 millones de dólares anuales y unos ingresos de unos 500 millones en impuestos para este estado.
El debate sobre la cuestión está hoy más presente que nunca en Nueva York, después de que la aspirante a gobernadora Cynthia Nixon haya situado la propuesta entre las principales de su campaña para conseguir la candidatura demócrata en los próximos comicios.
Nixon, una actriz conocida por su papel en la serie "Sexo en Nueva York" y que está reuniendo apoyos en el ala más progresista del Partido Demócrata, busca desbancar en las primarias al actual gobernador, el también demócrata Andrew Cuomo.
Entre sus argumentos para la legalización está la reducción de las desigualdades raciales en el sistema de Justicia, dado que un número desproporcionado de los detenidos por posesión de cannabis son afroamericanos y latinos.
"Es un hecho estadístico que los jóvenes de color tienen muchas más probabilidades de ser arrestados por posesión de marihuana. Y eso sencillamente está mal", recuerda el portavoz de MadMen.
Según insiste Yi, se trata de un reflejo de la "desigualdad racial" en la sociedad, pero "eliminar el estigma de la marihuana" sería sin duda un paso adelante para comenzar a mejorar la situación.
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