Canadá, el primer país industrializado que legalizó la marihuana en 2018

Canadá se convirtió en 2018 en el primer país industrializado que legaliza el consumo recreativo de la marihuana, un experimento que está siendo observado con interés en todo el mundo.

El 17 de octubre de 2018 Canadá pasó a ser el primer país industrializado, y el segundo del mundo tras Uruguay, en legalizar el consumo recreativo de la marihuana, una decisión que está obligando a Estados de los cinco continentes a reconsiderar normativa y que puede servir de ejemplo en otras jurisdicciones.

La legalización es el cumplimiento de la promesa que realizó en 2015 el entonces líder del Partido Liberal y hoy primer ministro canadiense, Justin Trudeau, durante la campaña a las elecciones generales de ese año.

Entre otras razones, Trudeau y el Gobierno canadiense han justificado la medida por el desproporcionado efecto negativo que tiene la penalización del consumo entre minorías, como aborígenes y afrocanadienses, dos de los grupos sociales con mayores índices de encarcelamiento del país.

El primer ministro ha utilizado una anécdota personal para explicar su postura: en 2016, Trudeau, que es hijo del que fuera también jefe del Gobierno canadiense y líder liberal en los años 70 y 80, Pierre Trudeau, reveló que su hermano Michel fue detenido en 1998 por posesión de marihuana.

Pero su padre consiguió, gracias a que contrató a los mejores abogados del país, que la Policía retirase los cargos contra Michel, que murió en un accidente de esquí seis meses después de su arresto.

Trudeau ha utilizado está historia personal para explicar que centenares de miles de canadienses no han tenido los contactos o recursos para conseguir que delitos por posesión de marihuana para consumo personal desapareciesen de su historial delictivo, lo que ha impactado negativamente en su vida.

Por ello, la otra parte de la legalización de la marihuana es la propuesta del Ejecutivo de un proyecto de ley que agilizará los indultos a las personas con un historial criminal por la posesión de esa droga.

Para el Gobierno canadiense la legalización y los indultos reducirán los problemas que muchos individuos tienen para conseguir trabajo o vivienda, e incluso para seguir sus estudios, por tener un historial criminal a consecuencia del consumo recreativo de la marihuana.

La legalización del consumo de marihuana en Canadá no ha sido repentina, ya que el país norteamericano ya autorizó en 2001 el consumo medicinal del cannabis, estableciendo un sistema que permitía a un reducido número de empresas producir marihuana para su distribución entre pacientes cuyos médicos habían recetado la sustancia.

Durante ese periodo de 17 años desde la legalización del consumo médico al recreativo, la percepción del público y las autoridades canadienses sobre una droga que ha estado ilegalizada durante casi un siglo ha cambiado de forma sustancial.

Una encuesta realizada pocos días antes de la legalización mostró que el 25 % de los 3.000 canadienses encuestados respaldaba con fuerza la legalización, mientras que un 21 % la apoyaba y un 24 % la aceptaba. En total, un 70 % apoyaba o aceptaba la medida.

La legalización de la marihuana está abriendo un mercado hasta ahora monopolizado por organizaciones criminales y con un enorme potencial económico.

El Gobierno canadiense calcula que la legalización supondrá centenares de millones de dólares de ingresos nuevos, gracias a los impuestos sobre el consumo y las empresas de producción, distribución y venta de la droga.

Mientras, el sector privado está volcándose en el negocio legal de la marihuana.

Solo en 2017 los canadienses se gastaron 5.700 millones de dólares canadienses (4.560 millones de dólares de EE.UU.) en marihuana.

Un ejemplo es la empresa Canopy Growth, creada hace cuatro años y que ya se ha convertido en el mayor productor mundial de cannabis con un valor de mercado de unos 11.000 millones de dólares estadounidenses.

Constellation Brands, que produce bebidas alcohólicas como Corona, Modelo Especial y Negra Modelo, ha invertido 3.800 millones de dólares estadounidenses a cambio de un 38 % Canopy Growth, una muestra de la confianza que los mercados tienen en la legalización de la marihuana.