Fábrica de billetes del Banco de México revela sus secretos


Francisco Guasco|EFE|El director general de emisión y cajero principal del Banco de México, Alejandro Alegre, muestra un billete este 15 de julio de 2019, en la fabrica de billetes del Banco de México (Banxico) en El Salto, estado de Jalisco (México)

Curiosos y turistas pueden conocer ahora los entresijos del Banco de México visitando su nueva fábrica en el municipio de El Salto, en el occidental estado de Jalisco, que produce 500 millones de billetes al año.

Se tratada de "abrir las puertas del Banco de México, (y dar a conocer) el proceso de proveer de billetes y monedas a la economía nacional", dijo este martes a Baja Press el director general de Emisión de Banxico, Alejandro Alegre.

El experto indicó que en México hay casi 126 millones de usuarios de billetes y monedas nacionales y unos 40 millones de turistas al año que también son usuarios del peso mexicano.

"Queremos compartir con ellos todo lo que hay atrás de la fabricación de billetes", agregó.


La nueva planta comenzó operaciones apenas en noviembre de 2018 y produce una tercera parte de los 1.500 millones de billetes que se producen en México al año.

Durante este tiempo ha enfocado sus esfuerzos a imprimir el billete de 500 pesos (unos 26 dólares) cuyo diseño incluye por segunda ocasión la figura del insigne expresidente Benito Juárez (1858-1872).

Uno de los secretos mejor guardados de la fábrica es la impresión del nuevo papel moneda de 200 pesos (unos 10,5 dólares) que se pondrá en circulación en septiembre de este año y que es el segundo de la nueva "familia" de billetes creados por Banxico.

"La fábrica en Ciudad de México cumple 50 años de funcionamiento y estaba muy cerca de su capacidad de producción y teníamos que crecer, Banxico decidió administrar de mejor manera sus riesgos y tener este proceso de producción en otro lugar, por eso se eligió a Jalisco para esta segunda planta", explicó el funcionario.

La generación de un billete es proceso lento que puede durar hasta cuatro meses desde que es puesto en la primera máquina de impresión hasta que deja las bóvedas de Banxico y circula de mano en mano, debido a que cada pieza debe pasar por diversas fases de secado, de control de calidad y seguridad.

Cualquiera que haya tenido un billete mexicano en las manos se da cuenta que unos tienen un aspecto más liso que otros y que unos son más largos.

Esto responde a que los de baja denominación son impresos en un polímero (plástico) que es importado de Australia. Los otros tienen papel con base en algodón traído de Europa, explicó.

Una vez que el billete está diseñado, las láminas de papel son sometidas a un primer proceso de impresión parecido al "offset" -con un molde y tintas- que estampa los elementos que están en el reverso y parte del anverso y luego se dejan secar por algunos días.

Los relieves al tacto son plasmados gracias a un proceso conocido como "in taglio" que inyecta una tinta especial y que es uno de los elementos para evitar que el billete sea falsificado. Luego pasa a un proceso de serigrafía o grabado de imágenes por medio de una pantalla de tela para imprimir los elementos que cambian de tono con la luz.

El número de folio y el barniz que protege al billete es aplicado en la última fase de impresión para luego ser sometido a una fase de control de calidad y de corte. Si todo transcurrió adecuadamente los billetes son empacados en bolsas y resguardados en una bóveda especial hasta que son puestos en circulación.

Alegre explicó que cada billete pasa por cuatro procesos de calidad desde la verificación que hacen los operadores de las máquinas, los controles propios que tiene cada máquina y la inspección que realizan los empleados de la subgerencia de control de calidad para verificar que el billete cumple con los requerimientos de impresión.


"Una vez cortados los billetes a tamaño pieza, tenemos equipos llamados lecto clasificadores a través de los cuales verificamos a una velocidad de 44 billetes por segundo que esté correctamente impreso. Sí es un proceso muy meticuloso, muy riguroso en cuanto a la calidad", aseguró.

Los billetes que tienen algún defecto de impresión o que no cumplen con los controles son desechados y destruidos mediante una trituración para que no puedan ser reutilizados.

Alegre destacó la importancia de que la población conozca de cerca el proceso de creación del dinero que carga en sus bolsillos, pues de esta manera lo conoce y no es fácil que reciba una pieza falsificada.

"Nos interesa platicarles e invitar a nuestros usuarios a que se generen el hábito de revisar sus billetes, algo parecido a cuando revisas las fechas de caducidad de los medicamentos o productos perecederos sin ser un experto", recalcó.

Las visitas guiadas están abiertas para cualquier tipo de persona previa reserva y registro en la página electrónica del Banco de México.










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